¿por qué Teología de Boliche?

TEOLOGÍA es la ciencia que se encarga del estudio de las características y propiedades de la divinidad, a su vez, el tratado o los tratados que surgen, en el mundo cristiano, desde la autorrevelación que realiza Dios desde la Biblia. BOLICHE (también conocido en algunos lugares como BAR) es un sitio, en el barrio, donde se comparten no sólo tragos sino, a su vez, un buen rato juegos, naipes o billar, y las más variadas conversaciones (vida diaria, deportes, política y, según dicen hasta filosofía), en mi imaginario, TEOLOGÍA DE BOLICHE consiste en colocarle a estas conversaciones el compartir a Dios, o sea la teología. De allí se desarrolla esta Teología de Boliche.

Héctor Bordigoni Machado

Magíster en teología, profesor en la UCSAR (www.ucsar.edu.ve).

Residenciado en Caracas, Venezuela; natural de Montevideo, Uruguay.

«No hay ninguna barrera doctrinal ni dogmática que impida el acceso de las mujeres al sacerdocio» – Leonardo Boff

19.07.2022 Leonardo Boff Fue un gran paso, pero solamente el primero, la nominación de tres mujeres em el Dicasterio de los Obispos, responsable por la elección de los obispos en la Iglesia. Tenemos la esperanza de que apenas se abrió una pequeña puerta para las mujeres cristinaas puedan participar de todos los oficios y servicios al Pueblo de […]

Miércoles Bíblicos – Libros históricos del NT

El Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento es una colección de 27 escritos, considerado por el cristianismo como el libro revelado más importante de todos. Su nombre indica la nueva y definitiva alianza establecida por Dios con los hombres por intermedio de la persona de Jesucristo, completando la alianza iniciada con el Antiguo Testamento.

Los 27 libros del Nuevo Testamento, escritos todos en griego, se agrupan en libros históricos, los evangelios (Mateo, Marcos, Lucas, por su parecido de los textos llamados Sinópticos; Juan) y Hechos de los Apóstoles, siguen las cartas o epístolas, 21 escritos divididos en el cuerpo Paulino, 14 en total; las cartas universales, 7 textos que no están destinados a nadie en particular, ni comunidad ni persona, colocados bajo los nombres de Santiago (1), Pedro (2), Judas (1) y Juan (3); y un texto que muchos denominan profético sin serlo llamado Apocalipsis por pertenecer a la literatura apocalíptica.

La composición del canon neotestamentario se fijó poco a poco en los primeros siglos del nuevo movimiento. La lista más antigua se supone redactada hacia el año 170 d.C. La lista actual fue publicada originalmente por Atanasio de Alejandría en el 370 d.C. y consagrada como canónica en el Tercer Concilio de Cartago del año 397 d.C.

Contexto social del NT

Para realizar una .mejor lectura de los libros históricos del NT es conveniente tener una idea de la sociedad hebrea de la época de Jesús, el cual después de la invasión helénica sufre grandes cambios con respecto a las vivencias del AT. En primer lugar es de destacar que había diferencias entre los judíos de Judea, por ese de Jerusalén, y los de Galilea,  estos últimos por estar territorialmente más lejanos del templo vivían de manera no tan rígida las normas religiosas ni su relación con los romanos, una de las acciones por las cuales le consultan a Jesús de esa relación de los galileos y romanos era la aceptación del pago de impuestos, negado por quienes hacían vida en Jerusalén.

En la época de Jesús existían varias clases sociales: la alta, formada por las familias de los jefes políticos y religiosos, grandes comerciante, terratenientes y cobradores de impuestos, la mayoría vivía en Judea. La media que comprendía pequeños artesanos y comerciantes, con trabajo estable, además de un gran porcentaje de sacerdotes y maestros de la ley. Otra clase, multitudinaria en demasía, eran los pobres, formada por pequeños sembradores, quienes dependían de la buena cosecha para mantener sus tierras, jornaleros, que vivían del trabajo que podían encontrar cada día, y muchos viviendo de la limosna, el robo y el pillaje. Más bajo aún se encontraban los esclavos, huérfanos y viudas.

En el campo de la religión existían, también, divisiones grupos teocráticos que defendían su cuota de poder y sus creencias. Los primeros, por ser Los de mayor influencia en el pueblo, los fariseos, grandes defensores de la estricta observancia de la Ley de Moisés y las tradiciones, realizaban la lectura del cánon griego del Antiguo Testamento por lo cual aceptaban la resurrección y la existencia de ángeles y espíritus. Los saduceos, tenían menos seguidores que los fariseos pero si un gran poder político, realizaban la lectura del cánon hebreo del Antiguo Testamento, por ende, rechazaban la resurrección y la existencia de ángeles y espíritus. Otros grupos, minoritarios, eran los partidarios de Herodes, los esenios, los celotes, principales instigadores de la rebelión contra Roma del año 66, y los maestros de la Ley (denominados, a su vez, escribas, letrados o rabinos) eran quienes asumieron como oficio la instrucción religiosa del pueblo.

La influencia griega

Luego de la expansión llevada a cabo por Alejandro Magno hacía el año 332 a.C. la lengua griega de convirtió en el medio de comunicación de toda el área del mar Mediterráneo y muchas regiones del Medio Oriente. Así que la zona de Palestina no fue la excepción, en éste lugar comenzó a darse un acontecimiento que marcaría parte de esta historia, muchos judíos emigraron y vivían lejos de Palestina, la denominada diáspora; aunque fieles a sus costumbres y tradiciones religiosas, adoptaron el griego como lengua propia.

Esto llevó a que surgieran traducciones del Antiguo Testamento, la más famosa: la de los setentas o separatista (LXX), utilizada en todo el mundo helenístico, creando también una importante literatura judeo – helenística, el cual ayudaría, en su momento, a la difusión del Evangelio. A su vez, entran en la cultura judía, por este intercambio lingüístico, conceptos como la reencarnación y la resurrección, Los cuales pueden notarse cuando Jesús le pregunta a sus discípulos quién dice la gente que soy yo?

De ésta influencia el representante más sobresaliente es Pablo de Tarso, su actividad misionera desarrollada en gran parte de Asia Menor (hoy Turquía) y Grecia, sumado a su gran literatura conocida marcan un aparte muy importante en la propagación del Nuevo Testamento.

La influencia romana

A principios del S.II a.C. el poder militar de Roma comenzó a apropiarse de las tierras que rodeaban al mar Mediterráneo, Palestina no fue la excepción, para el año 63 a.C. cae bajo el poder de las tropas romanas. La ocupación romana tuvo un modo llamativo de controlar el con dejando a quienes gobernaban con sus títulos pero siendo títeres de Roma. Quien logró más fama en la historia de estos reyes títeres fue Herodes el Grande, gobernó Palestina entre los años 37 y 4 a.C.

A partir del año 6 de nuestra era, Judea y Samaria pasaron a ser gobernadas directamente por las autoridades romanas con el nombre de prefectos y luego de procuradores; el más conocido de estos gobernadores romanos fue Poncio Pilatos, procurador entre los años 26 y 36 d.C., quien ordenó la ejecución de Jesús de Nazaret.

Ese hecho más la destrucción del Templo durante la “ Guerra Judía “ en el año 70, fueron las influencias más notables del Imperio Romano desde la misma Palestina; en los 400 años que siguieron Roma influiría de manera determinante en la configuración del Nuevo Testamento y la misma doctrina cristiana.

Los Evangelios

Evangelio es una palabra proveniente del idioma griego que significa “Buena Noticia”. Se llama Evangelio a un género literario de escritos sobre la vida de Jesús, en el Nuevo Testamento se contiene solo cuatro ejemplares de ellos: los Evangelios según Mateo, Marcos, Lucas y Juan, Los demás por varias razones no se incluyeron en el Nuevo Testamento y son denominados “Apócrifos”.  Este tipo de escritura apareció después de las auténticas Cartas de Pablo y pretendía transmitir hechos y palabras de la vida de Jesús de Nazaret, que las cartas aún no mencionaban y se escribieron casi hasta el S. IV d.C. Los Evangelios transmiten hechos históricos, pero no de manera fría e imparcial, a la manera de la historiografía moderna; los hechos y las palabras de Jesús están coloreados por la experiencia de las comunidades de las primeras generaciones cristianas.

Debido a que siguen el mismo esquema fundamental que Marcos, llamamos a Marcos, Mateo y Lucas los Evangelios Sinópticos; porque, si los ordenamos en columnas paralelas y los leemos como un todo, nos encontramos con similitudes y diferencias fundamentales en los detalles.

Diferente de los evangelios sinópticos es el evangelio según Juan, escrito entre los años 90-100. Este Evangelio no sigue el esquema histórico-geográfico de Mt, Mc y Lc (que tiene su origen en Mc) y es más abundante en los discursos de Jesús, a partir de los hechos de su vida, por lo que aparece como el Evangelio teológico por excelencia. El ambiente en el que nació el Evangelio según Juan y su relación con los Sinópticos sigue siendo objeto de estudio por parte de especialistas en la materia.

Evangelio según Mateo

Este Evangelio, transmitido en griego por la Iglesia, debió haber sido originalmente escrito en arameo. El texto actual refleja las tradiciones hebreas, pero al mismo tiempo da testimonio de una redacción griega. El vocabulario y las tradiciones hacen pensar en creyentes vinculados al entorno judío, pero no se puede afirmar su origen palestino. Considerando elementos internos y externos al texto actual, se puede datar de los años 70 – 80, algún tiempo después de la destrucción de Jerusalén. De su autor nada dice este libro, pero la tradición eclesiástica más antigua lo atribuye al apóstol Mateo.

El texto utiliza fuentes comunes a Mc y Lc, pero presenta una narración muy diferente, ya sea por la amplitud de sus propios elementos o por la libertad con la que trata los materiales comunes. A pesar de las agrupaciones características de las narraciones, no es fácil determinar el plan o establecer las grandes divisiones del libro. De los tipos de distribución propuestos por la crítica:

A) según el…

1_ plano geográfico: El ministerio en Galilea; Actividad en las regiones limítrofes con Galilea y camino a Jerusalén; Enseñanzas, Pasión, Muerte y Resurrección en Jerusalén

2_ plano de enseñanza: Cinco discursos

3_  plano de vida: Se pretende hacer referencia al drama de la existencia de Jesús: el Mesías que el pueblo judío se niega a  reconocer, y que, recorriendo el camino de la cruz, llega a la resurrección.

B) según la vida

1_ Evangelio de la infancia

2_ Anuncio del Reino de los Cielos

3_ Pasión y Resurrección

Evangelio según Marcos

La antigua tradición atribuye el texto de este Evangelio a Marcos, identificado con Juan Marcos, primo de Bernabé, que acompañaba a Pablo en su primer viaje misionero.

generalmente considerado el más antiguo de los evangelios, es común decir que todos los demás evangelios, especialmente los sinópticos, asumen y utilizan más o menos el texto de Marcos, así como su espuma histórico-geográfica de la vida pública de Jesús : Galilea , Viaje a Jerusalén, Jerusalén.

Revelando cierta pobreza de vocabulario y una sintaxis menos cuidada, Marcos es parco en discursos; presenta sólo dos: el capítulo de la parábola (cap. 4) y el discurso escatológico (cap. 13). Pero tiene muchas narraciones, es un excelente arte de contar; presta especial atención a las palabras textuales de Jesús en arameo, ej. «Talitha qum» (5,41) y «Eloí, Eloí, lemá sabachtáni?» (15,34).

El Evangelio de Marcos presenta una cristología sencilla y accesible: Jesús de Nazaret verdaderamente el Mesías que, con su muerte y resurrección, se demostró verdaderamente Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate para todos. . Este plan se desarrolla a lo largo de los 5 apartados en los que podemos dividir el Evangelio de Marcos:

1_ Preparación del ministerio de Jesús (1:1-13)

2_ Ministerio en Galilea (1.14-7.23)

3_ Viajes a Tiro, Sidón y Decápolis (7.24-10.52)

4_ Ministerio en Jerusalén (11:1-13:37)

5_ Pasión y Resurrección de Jesús (14,1-16,20).

Evangelio según Lucas

El Evangelio según Lucas  es el tercer libro del Nuevo Testamento. La autoría de este Evangelio de le atribuye a Lucas, compañero del apóstol Pablo, y a quien también se le atribuye como autor del Libro de los Hechos. Hechos es el primer libro de la Biblia que sigue los cuatro Evangelios. No podemos estar seguros de que su autor se llame Lucas, él no se presenta, pero la tradición de la Iglesia lo identificó con el médico mencionado en algunas cartas de Pablo (Flm 24; Col 4, 14; 2 Tim 4, 11.). Por detalles se nota que es un autor de cultura griega, buen escritor al que le gusta la claridad, pero que también sabe imitar el lenguaje bíblico. Se preocupa por situar los acontecimientos en la historia, enlazándola con acontecimientos o personajes conocidos.

Lucas ya conoce el evangelio de Marcos cuando escribe el suyo, también otras fuentes que ahora están perdidas, a partir de estos textos compone el evangelio. Utilizadas, a su vez, evangelio de Marcos, material que se conoce como fuente Q.

El Evangelio de Lucas está dirigido específicamente a un individuo llamado Teófilo, que puede llegar a ser cualquier persona si se toma literalmente la traducción de “hijo de Dios”, y está enfocado en la historia completa de Jesucristo, desde su nacimiento y ministerio, hasta su Pasión, Muerte y Resurrección.

Las principales características del evangelio de lucas son que nos muestra un Dios Padre misericordioso y compasivo;  la promesa de Dios llega desde los judíos a los paganos; escribe cerca del fin del siglo primero desde una comunidad helenista; se presenta lejos de la vivencia judía de la fe, demuestra en el escrito que no conoce Palestina; los relatos están más centrados en la intención teológica que en la exactitud cronológica; el objetivo del evangelio es fundamentalmente teológico.

El evangelio se divide en cuatro grandes secciones:

  1. Prologo y presentación de Jesús (Lc 1 – 4,13)
    1.   Actividad de Jesús en Galilea  (Lc 4,14 – 9, 50)
    1.  Viaje a Jerusalén (Lc 9,51 – 19, 28)
    1.  Jesús en Jerusalén. Pasión y resurrección (Lc 19, 29 – 24)

El cuerpo Joánico I

Antes de ingresar en el mundo del Evangelio de Juan, se debe hacer una mirada a lo que es el denominado Cuerpo Joánico o los escritos joánicos los cuales son el Evangelio de Juan, la Primera Carta de Juan, la Segunda Carta de Juan, la Tercera Carta de Juan y el Apocalipsis, también llamado Apocalipsis de Juan.

Todos estos escritos comparten ciertas similitudes en el trasfondo teológico, pero también hay diferencias que un originan debate sobre su procedencia,. Juan ha sido siempre considerado el último en ser escrito, tradicionalmente se da la fecha de autoría entre los años 90 y el 100, aunque los estudios modernos sugieren a menudo una fecha todavía posterior. Bajo la influencia de Ireneo y su «canon de la verdad» de los cuatro evangelios, el Evangelio de Juan se convirtió en la piedra angular de la catequesis bautismal en Roma. Durante el 1r. Concilio de Nicea, el Evangelio fue uno de los mayores soportes de la alta Cristología propuesta por los padres del concilio.

Para datar, en especial el evangelio, se señaló que varios padres de la Iglesia del siglo II nunca citaron a Juan, y por otro lado, el comentario escrito más antiguo de cualquier libro del Nuevo Testamento fue el escrito sobre Juan por Heráclito, un discípulo del gnóstico Valentinius. Por lo cual algunos le asignaron al Evangelio una fecha de redacción en torno al año 170. Algunos críticos modernos utilizan esta referencia para una datación tardía del Evangelio…

El cuerpo Joánico II

Siguendo el tema anterior sobre la autoría, algunos críticos, señalan que las primeras personas en usar el Evangelio de Juan fueron los gnósticos desde principios hasta mediados del segundo siglo. Se maneja mucho la posibilidad de una autoría colectiva del cuarto Evangelio se basa en diferencias estilísticas y de discurso narrativo. En particular, el capítulo 21 es muy diferente estilísticamente del cuerpo principal del Evangelio, lo que podría ser una adición posterior.

En la primera carta la forma de su escritura es muy similar a la del Cuarto Evangelio, por lo que la cuestión de la autoría es usualmente conectada con la cuestión de la autoría del evangelio. La segunda y tercera carta aunque la tradición normalmente le asigna la segunda y tercera epístolas a Juan el Apóstol, el hecho de que el autor se identifique a sí mismo como «el presbítero» deja dudas sobre esta asignación tradicional, incluso en la Iglesia primitiva. El autor hipotético es usualmente llamado «Juan el Presbítero» para distinguirlo del apóstol.

El autor del libro del Apocalipsis se identifica a sí mismo como «Juan», por lo que el libro se le ha acreditado tradicionalmente a Juan el Apóstol. Las primeras dudas sobre la autoría apostólica del libro vinieron en el siglo III. Hay muchas afinidades entre este libro y el Cuarto Evangelio. Sin embargo, las diferencias entre ambos son probablemente mucho más notables. El libro del Apocalipsis no entra en varios de los típicos temas juaninos, como la luz, la oscuridad, la verdad, el amor y «el mundo» en un sentido negativo. La escatología de ambas obras es también muy diferente. Una identificación precisa del autor es casi imposible debido a la falta de evidencia. Sin embargo, la obra es por lo general asignada a un círculo de discípulos cercanos al Apóstol Juan.

Evangelio según Juan

El Evangelio de Juan es distinto a los otros evangelios, las visiones de Jesús, destacado por un lenguaje, muchas veces, simbólico; una relación global del texto, lo destacan de los sinópticos. Muestra en la obra las dos caras del misterio de Jesús, por un lado su existencia desde siempre al lado de Dios y su igualdad con Él, y el sentido humano revelado por la encarnación.

Ante una comunidad que sufre por varios motivos sociales como el rechazo judío, quienes los obligan a alejarse de las sinagogas, rechazo social por el cual tienden a encerrarse en sus comunidades donde coexisten en conflicto quienes defendían la divinidad de Jesucristo y quienes aceptaban la humanidad de Jesús. En esa situación nace el cuarto evangelio, marcada por la aparición del misterioso “discípulo amado”, quien no aparece como tal hasta el capítulo 13.

Clasificado como parte del género literario evangelio, expone grandes diferencias comparado con los evangelios sinópticos en las formas, posee muchos discursos, como en el contenido, distintos materiales e interpretaciones de los hechos. La obra puede dividirse en dos partes antecedidas por un prólogo, capítulo uno, y un epílogo, capítulo veintiuno.

Primera parte: libro de los signos (2,1 – 12,50) siete hechos extraordinarios llevados a cabo por Jesús con el fin de revelar su misterio.

Segunda parte: libro de la pasión y gloria (13,1 – 20,31) discursos de despedida a sus discípulos, pasión, muerte y resurrección, como plenitud de su señorío.

Hechos de los Apóstoles

Los Hechos de los Apóstoles constituyen la segunda parte del Evangelio de Lucas (1,1-3). Desde muy temprano fueron consideradas Sagradas Escrituras, siendo leídas en la liturgia de la Iglesia como memoria y norma de fe. Narra el destino del Evangelio confiado a los Apóstoles y expone los primeros pasos de la comunidad cristiana.

Se cree que su autor es el mismo del Tercer Evangelio, cuya tradición durante siglos ha identificado con Lucas.

El estudio de los Hechos se enfrenta, en primer lugar, con el complejo problema de establecer el texto primitivo. Baste decir que existen tres versiones principales: la siria o antioqueña, la egipcia o alejandrina y la occidental o actual, de gran interés histórico y doctrinal.

Desde el punto de vista literario, la obra se caracteriza por una gran unidad de lenguaje y pensamiento, independientemente de las diferencias entre las dos partes en que se divide.

El libro está dividido en dos partes principales: 1-12 (Hechos de Pedro) y 13-28 (Hechos de Pablo), con las siguientes secciones:

Introducción – 1, 1-11

I. La Iglesia de Jerusalén – 1, 12-6, 7

II. Expansión de la Iglesia fuera de Jerusalén – 6.8-12.25

tercero Misiones de Pablo fuera de Jerusalén – 13.1-21.26: 1er viaje (13.1-14.28) – 2º viaje (15.35-18.22) – 3er viaje (18.22) 23-21,26).

IV. Pablo prisionero de Cristo – condenación y camino del cautiverio – 21,27-28-31.

Miércoles Bíblicos – Libros Proféticos

Miércoles Bíblicos

Los  profetas

 Contrariamente a lo que sea piensa, un profeta, no predice ni adivina el futuro; sino que es una persona que da un mensaje de Dios a su pueblo, criticando y denunciando el desvío de las enseñanzas que Dios a dado. El profeta invita a vivir la conversión, anuncia la salvación y transmite esperanza a la comunidad.

Son muchos los profetas del pueblo hebreo, de algunos se llega a conocer sus nombres y por los libros bíblicos se pueden clasificar en varias categorías: están los Profetas Anteriores, pertenecen a los libros históricos o narrativos, se conocen a Samuel, Natán, Elías, Eliseo, Gad, Ajías de Siló, Semaías, Micaías, además de profetisas como María, Débora y Juldá; los Profetas Posteriores son aquellos que conocemos por medio de los libros que llevan sus nombres. A su vez, se identifican por el momento histórico en que  vivieron: Pre exílicos, los que tuvieron su misión en todo tiempo anterior al año 587/586 a.C. que marca la caída de Jerusalén y el fin de la monarquía; Exílicos, una época difícil para el pueblo judío, hay pocos profetas, sobresalen Ezequiel e Isaías del capítulo 40 al 50; Postexílicos, vivieron en Jerusalén después del Edicto del Rey Ciro de Persia, año 538 a.C., no llegaron a tener el auge profético de la época monárquica.

Por último, entre los 16 profetas que tienen libros con sus nombres se dividen en profetas mayores y menores. Esta división se debe al volumen de sus textos no por su importancia; los mayores son Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel; los menores son Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.

Isaías (I)

El libro profético de Isaías es el más largo de los textos que conforman el grupo de profetas. Éste libro recoge los escritos de al menos tres profetas distintos que vivieron en tres etapas muy distantes de la historia del pueblo hebreo, algunos biblistas mencionan que pudieron ser más profetas aun, y suman entre los autores a discípulos de los profetas y posiblemente a uno o varios recopiladores quienes colocaría sus aportes al libro.

Ante esto con el fin de ayudar a la comprensión y mejor lectura, se propuso la hipótesis de tres profetas separados por etapas históricas ellos son: Primer Isaías (del capítulo 1al 39) ubicado en plena monarquía del siglo VIII a.C., Segundo Isaías ( del capítulo 40 al 55) ubicado en los últimos años del destierro en Babilonia en el siglo VI a.C., Tercer Isaías (capítulos 56 al 66) ubicado después del regreso del destierro de Babilonia en el siglo IV a.C.

Algunos datos históricos para apreciar el contexto del libro en el tiempo, todos los años son anteriores a Cristo: 740 muerte de Ozías, Jotam Rey de Judá, 736 Ajaz, rey de Judá, 732 Siria es anexada por Asiria, 721 caída de Samaría y final del Reino del Norte, 587 caída de Jerusalén, 539 caída de Babilonia, 538 edicto de Ciro Rey de Persia, 520-515 reconstrucción del Templo, 445-423 Nehemías en Jerusalén, 397 Esdras en Jerusalén.

Primer Isaías

De ser un solo Isaías, su labor tuvo interrupciones durante los 40 años de su actividad, o por lo menos el Isaías que inaugura el escrito recogido entre los capítulos 1 al 39 era probablemente nacido en Jerusalén hacia el año 760 a.C., debió tener una buena educación tanto cultural como religiosa. Su vida estuvo marcada por la conquista de Asiria de Samaría, año 722 a.C., provocando la caída del Reino del Norte. Además en tiempos que el rey Ezequías se unió con reyes de la zona, que casi culmina con la destrucción de Jerusalén.

Estos acontecimientos marcaron de manera decisiva la actividad de Isaías, sus predicaciones son fiel exposición demás falsas esperanzas que asumían los gobernantes de Israel al colocar su fe, no en Dios, sino en los reyes cercanos.

Su contenido literario fueron organizados al final de la siguiente forma:

  1. Oráculos sobre Israel y Judá (capítulos 1 al 12)
  2. Oráculos contra las naciones extranjeras (capítulos 13 al 13)
  3. La gran escatología (capítulos 24 al 27)
  4. Oráculos contra Judá (capítulos 28 al 33)
  5. Pequeña escatología (capítulos 34 al 35) y
  6. Apéndice histórico (capítulos 36 al 39 tomado de 2De 18,13 – 20,19).

Segundo Isaías

En medio de grandes cambios geopolíticos como la pérdida de poder de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y su imperio a manos de un creciente poderío persa, comandado por el rey Ciro, año 550 a.C., comienza la misión del segundo Isaías.

Este profeta, por los escritos se deduce que era una persona culta y religiosa, acompaña y exhorta a los judíos que vivían el destierro en Babilonia y da esperanzas en el momento que el rey Ciro vence a Babilonia, convirtiéndose en el rey más poderoso de todo el Medio Oriente, decretando por intermedio de un edicto la liberación de todos los pueblos esclavizados por el imperio babilónico, con el cual los judíos regresan a tierras de Palestina y, por ende, a Jerusalén.

El segundo Isaías era un gran teólogo que también demuestra ser extraordinario poeta, ya que utiliza a la perfección un lenguaje de imágenes, sonoridades y otros atributos lingüísticos, así como el uso de distintos géneros como himnos, oráculos, cantos, entre otros.

Su obra vista en conjunto se puede dividir en cuatro partes:

  1. Prólogo (capítulo 40 del versículo 1 al 11)
  2. Primera parte (del capítulo 1 versículo 12 al capítulo 48) liberación de Babilonia y retorno a Jerusalén,
  3. Segunda parte (del capítulo 49 al capítulo 55 versículo 5) restauración de Jerusalén y misión del siervo del Señor y
  4. Epílogo (capítulo 55 versículos 6 – 13)

Tercer Isaías

 En medio de conflictos internos, tras la llegada del exilio, comienza la misión del tercer Isaías. Quienes regresan de Babilonia encuentran unas tierras palestinas empobrecidas y en ruinas, nada parecido a aquello que los había llenado de melancolía y esperanzas, aunado a esto, crece el desánimo por la lentitud de las obras de reconstrucción y notan que la realidad sólo les ha dado solamente libertad religiosa. Como si fuera poco, surge un gran conflicto entre los judíos que llegan del exilio, imponiendo sus ideales de reconstrucción, contra los judíos que permanecieron en Palestina, quienes se habían amoldado a las circunstancias y vivían otro tipo de costumbres; sumado a los extranjeros que, también, vivían en Palestina y no veían con buenos augurios la llegada de los nuevos inquilinos y sus ideas de cambio.

Pese a algunas semejanzas que se notan con el segundo Isaías, en temas y géneros literarios, el tercer Isaías tiene personalidad propia ya que su obra se manifiesta en una realidad distinta.

El texto del tercer Isaías se puede dividir en cuatro partes:

  1. Oráculos de denuncia y temas propios de cultura (capítulos del 56 al 59)
  2. La Nueva Jerusalén y su restauración (capítulos del 60 al 62)
  3. El juicio a las y meditación histórica (capítulos 63 al 64) y
  4. Temas escatológicos: nueva creación y reunión de todos los pueblos (capítulos del 65 al 66).

Jeremías

Éste profeta nació hacia el año 650 a.C. dentro de una familia sacerdotal de los alrededores de Jerusalén; es el profeta del que se tiene más datos biográficos, que hasta dan a conocer su carácter, por medio de los escritos en tercera persona que aparecen a lo largo de todo el libro.

Su misión profética se llevó a cabo durante el impulso dominador de Nabucodonosor, rey de Babilonia, sobre Palestina, Judá se reveló con el apoyo de Egipto, siendo conquistados hacia el año 587 a.C. Nabucodonosor tomó Jerusalén, quemó entre otros edificios el Templo y se llevó cautivos a una gran parte de sus habitantes. Jeremías vivió estos acontecimientos predicando y llamando la atención de los reyes sin resultado; fue acusado de derrotismo, perseguido y encarcelado. Después de la caída de Jerusalén se quedó en Palestina.

El libro que conocemos de Jeremías es el resultado de un gran trabajo de redacción, donde se consiguen primero sus oráculos originales, acompañados por narraciones sobre el profeta, luego siguen discursos de estilo deuteronomista, la obra se puede dividir de la siguiente manera:

  1. Oráculos contra Judá y Jerusalén (capítulos del 1 al 24)
  2. Oráculos sobre la salvación de Judá e Israel (capítulos del 25 al 45)
  3. Oráculos contra las naciones (capítulos del 46 al 51) y
  4.  Apéndice histórico (capítulo 52)

Ezequiel

Según el libro, el profeta Ezequiel ejerció su misión con los desterrados de Babilonia, tomando las fechas extremas que deja ver el texto, entre los años 593 a 571 a.C. Posiblemente habría predicado en Palestina hasta la ruina de Jerusalén, 587 a.C., para unirse a los cautivos de Babilonia.

Ezequiel era un sacerdote constituyendo su mayor preocupación el Templo, primero el presente manchado por ritos impuros y, luego, el futuro el cual describe minuciosamente. A su vez, como sacerdote resolvía casos de derecho y de moral.

El libro es el resultado de un largo proceso de redacción, si bien gran parte de su contenido nace de su predicación y actividad profética, también existen incorporaciones posteriores. Los elementos característicos del libro son los oráculos, las experiencias místicas y las acciones simbólicas.

La estructura de la obra se puede dividir en 5 bloques de contenidos

  1. La vocación del profeta (capítulos 1 al 3)
  2. Oráculos de condenación contra Jerusalén (capítulos 4 al 24)
  3. Oráculos contra las naciones (capítulos 25 al 32)
  4. Mensaje de esperanza (capítulos 33 al 39)
  5. Visión sobre el Templo y la tierra (capítulos 40 al 48).

Daniel

El libro de Daniel puede prestarse para la confusión del lector dado que la acción del relato describe la época del exilio en Babilonia (siglo VI a.C.) con todas las dificultades vividas por los israelitas para vivir su fe sin distorsión. Aunque en realidad el libro, perteneciente a la corriente literaria apocalíptica, intenta llevar un mensaje de esperanza a los judíos que se revelan ante la opresión de Antíoco IV Epífanes (siglo II a.C.) y su intención de imponer la cultura helenista, coincide en el tiempo con el alzamiento de los macabeos. Si bien en Ez 14, 14-20 y 28,3 se nombra a un Daniel, que junto a Noé y Job, justo y piadoso, el profeta del libro sería un personaje ficticio.

El libro es un escrito apocalíptico, tiene una parte perteneciente al cánon hebreo y otra que solo pertenece al cánon griego posiblemente escrito en la ciudad de Alejandría, muy apropiado para tiempos de crisis ya que su finalidad es transmitir esperanza ante lo caótico del momento.

Al realizar la lectura del texto se pueden tres partes diferentes y la estructura de la obra, ellas son:

  1. La historia de Daniel (capítulos del 1 al 6)
  2. Las visiones de Daniel (capítulos 7 al 12) y
  3.  Unos relatos griegos (capítulos 13 al 14).

Baruc

El personaje de Baruc era secretario y colaborador del profeta Jeremías, ver los capítulos de Jeremías 32, 36 y 45; aunque posiblemente sólo se basa la historia. No hay datos que apoyen un posible autor o fecha de composición, ya que la ambientación en los primeros tiempos del exilio y los datos escritos sobre los deportados y quienes permanecieron en Jerusalén no coinciden con otras fuentes. Se piensa que el libro debió escribirse hacia el siglo II a.C.

La particularidad del texto de Baruc es que introduce a una solemne liturgia penitencial compuesta en tres momentos bien definidos, los cuales son confesión, meditación y exhortación.

En la parte penitencial (capítulos del 1,15 al 3,8) el pueblo reconoce que ha sido infiel al Señor, en la exaltación a la sabiduría (capítulos del 3,9 al 4,4) Dios responde a la penitencia del pueblo marcando la sabiduría como el verdadero camino de salvación y, en la tercera parte, el oráculo de restauración (capítulos del 4,5 al 5,9) los lamentos y súplicas del pueblo se dirigen al Señor con el fin que Jerusalén sea transformada en ese lugar donde se llegue a cumplir en plenitud la esperanza.

Es conveniente saber que cada una de las partes pertenecen a orígenes diversos y reunidos por un redactor del S. I a.C. con una marcada intención litúrgica.

Amós

Amó era pastor en Técoa, en el límite del destierro de Judá. Tuvo un corto ministerio en El santuario de Betel y, probablemente, también en Samaría, fue expulsado de Israel y volvió a sus antiguas ocupaciones.

Predicó en el reinado de Jeroboán II (783 a 743 a.C.) época gloriosa en la que el reino del Norte se extiende y enriquece, pero en la que El lujo de los grandes es un insulto para la miseria de los oprimidos, así como, el esplendor del culto encubre la ausencia de una religión verdadera.

El libro es principalmente poesía, con la excepción del primer verso del capítulo 1, todo el capítulo 7 y los primeros tres versículos del capítulo 8. Debe leerse como un poema.

División y contenido – Después del título (1,1) y un breve prólogo (1,2), el libro de Amós se divide en cuatro partes:

  1. Oráculos contra siete naciones, vecinos de Israel y contra Judá e Israel (1, 3 – 2.16)
  2. II – Oráculos contra Israel (31 – 6.14).  Esta parte contiene las principales críticas contra la corrupción social y religiosa y el anuncio del castigo.
  3. III – Castigo divino (7,1- 9, 10) Hay cinco visiones, las cuatro primeras comienzan con la misma fórmula y la quinta es diferente.  En medio de las visiones está la narración de la expulsión de Amós del santuario de Betel y otros oráculos
  4. IV – La esperanza mesiánica como oráculo de salvación (9, 11 – 15).

Oseas

No se sabe cuándo ni dónde nació Oseas.  El libro nombra a su padre (Beri) y su esposa (Gomer).  No  existen datos seguros sobre este matrimonio.  Algunos piensan que esto es pura ficción literaria;  otros admiten un matrimonio real, pero discuten si la mujer era una prostituta antes del matrimonio o si se prostituyó después.  Lo cierto es que el profeta utiliza esta experiencia, real o simbólica, para describir la relación de Dios (esposo) con su pueblo infiel (esposa).

Oseas debe haber comenzado su actividad justo después de Amós, en los últimos años del reinado de Jeroboán II (752-753 a.C).  Ahora, después de este rey, el Reino del Norte entró en un período de decadencia e inestabilidad política, en los próximos treinta años habrá seis reyes, cuatro de los cuales tomaron el trono por la fuerza.  El peligro más grave, sin embargo, vino de Asiria, parece haber sido en este contexto de alianzas contra Asiria que Pecaj, rey de Israel, en unión con Damasco declaró la guerra a Judá. Además de la difícil situación política, el Hay que tener en cuenta la situación religiosa para comprender las intervenciones desde el profeta;  Durante este período, la religión de Israel fue influenciada por los cananeos, debido a la atracción que los cultos de Baal ejercían sobre los sacerdotes y sobre el pueblo.

El libro de Oseas presenta algunas dificultades de comprensión, ya sea porque el texto hebreo está mal conservado o porque se oponen a los oráculos de condenación y salvación sin una relación obvia entre ellos.  En su conjunto, el libro se puede dividir en dos partes distintas:

I – Simbolismo del matrimonio y la familia (Capítulos del 1 al 3)

II – Crímenes y castigos de Israel (Capítulos del 4 al 14)

Epílogo sapiencial (Capítulo 4 versículo 10)

Miqueas

Miqueas era originario de Moréset (1,1), supuestamente una aldea de Judá, a 35 km al suroeste de Jerusalén, en una región cercana a Filistea.  Era una tierra de campesinos, pero no aislada, ya que a su alrededor había importantes fortalezas de Judá. Y cada vez que las incursiones asirias  creaban problemas, los pequeños productores de la tierra sufrían los abusos de los funcionarios del Rey que cobraban impuestos impagables.

No se sabe mucho de la condición social de Miquias. Fue consciente del problema de la tierra, y sus críticas contra los nobles de la época, suponen que era un campesino pobre, un trabajador de la tierra o un pequeño propietario.

El libro se divide en cuatro partes, donde se alternan amenazas y promesas.  Esta organización del texto se puede atribuir a editores posteriores y la autenticidad de algunas secciones es discutible.  Pero, tal como se presenta el texto, se desarrolla de la siguiente manera:

  1. Amenazas (capítulo 1,2 al 3,12)
  2. Promesas (capítulo 4,1 al 5,14)
  3. Amenazas (capítulo 6,1 al 7,7) y
  4. Promesas (capítulo 7,8-20)

Sofonías

La genealogía de 1:1 es extraordinariamente completa, comparada con la de los demás profetas: se remonta a Ezequías, si hubiera podido ser el rey de Judá que gobernó del 727 al 698 a.C.. Si es así, Sofonías sería de ascendencia real.  Las referencias a Jerusalén y el conocimiento que revela de las distintas partes de la ciudad parecen confirmar que el profeta era de Judá y actuaba en Jerusalén.

Sofonías profetizó en tiempo del Rey Josías (640 – 609 a.C.), sus ataques contra las costumbres extranjeras y los cultos de los falsos dioses, sus censuras a los ministros y su silencio respecto del rey indican que predicó antes de la reforma religiosa y la minoría de Josías, entre los años 640 y 630 a.C., o sea, inmediatamente antes del comienzo del ministerio de Jeremías.

El libro de Sofonías se puede dividir en tres secciones:

  1. «Día del Señor» en Judá (capítulos 1,2 al 2,3), día de juicio universal, tenebroso y terrible, que afecta principalmente a Judá.
  2. Oráculos contra las naciones (capítulos 2,4 al 3,8), vecina de Judá, y un último (3,1-8) dirigida contra Jerusalén
  3. Promesa de restauración (capítulo 3 del versículo 9 al 20), es un mensaje de alegría por la presencia del Señor en Jerusalén y por el descanso de un pueblo pobre y humilde, salvado por Él.

Nahuum

El profeta Nahum desarrolla su ministerio a mediados del S. VII a.C., posiblemente durante el reinado de Manasés. Su política como rey de Judá, se inclinó siempre a favor de Asiria. El profeta critica esta posición y anuncia la caída del imperio, describiendo la destrucción de su capital, Nínive (612 a.C.).

Con la conquista de Tebas, capital de Egipto (688-687 a.C.), Asiria consigue el poder absoluto, no contento con ser opresor de todos los pueblos, alardea de ser invencible. A partir de esta lectura histórica, El profeta Nahum anuncia un castigo sin piedad contra El imperio asirio. El Señor va a vengar a los oprimidos y de esta manera mostrará su justicia y fidelidad.

El título del libro dirige al escritor a Nínive.  Sigue un salmo que canta el poder de Dios en la Naturaleza y la Historia, protegiendo a los que en él confían y castigando a los enemigos. 

  1. Pequeños oráculos (capítulo 1,9 al 2,3) dirigidos alternativamente a Judá y Nínive;  para Judá se habla de consuelo y alegría, para Nínive y su rey se anuncia la ruina.
  2. Está dedicado a la destrucción de Nínive (capítulo 2,4 al 3,19).  El profeta incluye el ejemplo de Tebas, como hemos dicho, para mostrar que todas las defensas de la ciudad de Nínive son inútiles.  El libro termina con un canto fúnebre, presentando el desastre como consumado.

Habacuc

No se sabe nada de la persona de este profeta, ni su lugar de nacimiento, ni su familia, ni siquiera el período en el que vivió. Esta falta de datos no impida al Libro de la Habacuc, a alguien profundamente arraigado en la historia de su tiempo y en todo el problema de la acción de Dios en la historia.

La mención de los caldeos nos lleva a situar la profecía de Habacuc en la época en que los babilonios comenzaron a dominar todas las regiones del Próximo Oriente Antiguo (finales del siglo VII a. C.) e impusieron su yugo sobre Judá. Rey Joaquín (609-597 a.C) o el período posterior al 597, fecha de la primera deportación a Babilonia.

Muchos elementos de culto presentes en el libro (especialmente el capítulo 3) hacen que algunos comentaristas lo relacionen con las liturgias penitenciales de épocas posteriores.  Pero siempre es necesario discernir si los oráculos proféticos han sido retocados para uso litúrgico, o si los elementos de la liturgia han sido reelaborados en forma profética.  Como esta distinción no es fácil, se mantiene la probable composición del libro al comienzo del dominio babilónico.

El libro está estructurado en tres partes:

  1. Diálogo entre el profeta y Dios (capítulos del 1,2 al 2,4), formado por las quejas del profeta.  La primera plantea el problema de la justicia, ¿por qué triunfan los malvados?  La primera respuesta divina no satisface al profeta, por lo que vuelve a quejarse, sin comprender cómo Dios mira en silencio a los traidores.  La segunda respuesta apunta al cumplimiento de la palabra divina: el profeta recibe la palabra y espera su cumplimiento.
  2. Maldiciones contra el opresor (capítul 2,5-20), incluye cinco imprecaciones que condenan todos los crímenes cometidos por la tiranía de los poderosos.
  3. Un Salmo (capítulo 3,1-19) que celebra el triunfo definitivo de Dios.

Ageo

Poco se sabe sobre el autor del profeta que da nombre a este libro.  Se habla de él en Esdras 5,1 y 6,14.  El nombre de Ageo que significa «mi fiesta» será posiblemente un apodo para caracterizar su dedicación al culto y al templo.  Su ministerio fue de corta duración (junio a diciembre de 520 a.C.).  Pertenece, por tanto, al último período del profetismo, el yo postexílico, durante el reinado de Darío (como Zacarías). 

El libro del profeta Ageo no tiene título y consta de solo dos capítulos.  Habla del profeta nacido en tercera persona, lo que supone un gran trabajo editorial.  El texto actual debe ser obra de un discípulo del profeta, que resume la predicación de su maestro.  Temáticamente, se puede dividir en cuatro oráculos, afirma el autor del prólogo («En el año…», «En el día…»):

1º Oráculo 1,1-15; 

2º Oráculo 2:1-9; 

3r Oráculo 2.10-19 y

4º Oracle 2.20-23.

Zacarías

Las diferencias de estilo y contenido entre los conjuntos de los capítulos 1 al 8 y 9 al 14 son tales que se acepta que se trata de dos libros de épocas y autores diferentes.

La actividad del profeta Zacarías (capítulos 1 al 8), según la cronología presentada en el libro, se extiende desde el octavo mes del segundo año de Darío (520 a. C., dos meses después de la primera profecía de Hageo) hasta el noveno mes de el cuarto año (518), lista es, por dos años.  Podemos dividir esta primera parte en grandes apartados, precedidos de una breve introducción. 

Introducción: (1,1-6) llamamiento a la conversión. 

Primera sección: (1,7-6,15) es la sección principal del libro.  Presenta ocho visiones, con breves oráculos esparcidos entre ellas. 

Segunda sección: (7,1-6,15) es un conjunto de oráculos, que aparecen en un aparente desorden.

La segunda parte, posiblemente de finales del siglo IV o principios del III a.C, carece de unidad, tanto literaria como desde el punto de vista del contenido. El tema central es la descripción de la aparición del Mesías. Se puede dividir en dos secciones:

Primera sección: (9,1 – 11,17) en la que guarda silencio sobre la salvación del pueblo elegido. 

Segunda sección: (12,1 – 14,21) caracterizada por la repetición de la fórmula «En aquel día…» (17 veces), tiene un tono claramente escatológico.  Se trata de la renovación de Jesusalém y la lucha escatológica.

Malaquías

Es posible que, en un principio, este libro no mencionara el nombre de su profeta autor.  La referencia a un «mensajero de la  Alianza» en 3,1, con la expresión hebrea «male’aki = mi enviado».  Malaquías, que en 1,1 aparece con el nombre propio del profeta enviado por Dios, todavía se encuentra en forma de «mi mensajero» en 3,1.  Los Setenta lo tradujeron en 1,1 por «mi enviado» y no por el nombre de Malaquías.  Este libro debe haber sido escrito alrededor del año 450 a.C., es decir, poco antes del año 445, cuando Nehemías prohibió a los judíos casarse entre sí.  Sus actitudes encajan en el ambiente tras su regreso del exilio, en el cual se encuentran los primeros entusiasmos restauradores.  El particularismo se puede ver en la aversión de Dios a Esaú (1,3) y en el rechazo de los matrimonios mixtos (2,11). 

Luego de una introducción (1,2-5), en la que se menciona la elección de Israel, se hace alusión a las faltas cometidas contra el pacto de Leví por los sacerdotes y líderes (1,6-2,9), aludiendo a un culto universal. Luego viene una serie de quejas contra matrimonios y divorcios (2,10-16). Del mismo modo, el profeta anuncia «el día del Señor» (2,17-3,5) con la purificación del sacerdocio. Las dificultades que experimentan los israelitas terminarán cuando regresen a cumplir con sus deberes de culto (3,6-15).  En el «Día del Señor» los buenos serán premiados y los malos castigados (3:16-21).  Un apéndice (3,22-24) exhorta a la observancia de la Ley de Moisés y se refiere a una futura venida del profeta Elías.

Abdías

Del autor del libro no se sabe nada más que su nombre: Abdías, que significa «Siervo del Señor».  Es uno de los llamados Profetas Menores. 

El más pequeño de todos, si consideramos la longitud de su libro, si se le puede llamar libro, pues tiene sólo 21 versos.  Pero la longitud no cuenta, cuando hay algo que decir en el Nombre de Dios.  Fecha y Contenido: No es fácil determinar la fecha de su composición.  Sin embargo, parece que debe haber sido escrito después del 586 a.C., la fecha de la destrucción de Jerusalén.  Esta referencia histórica será suficiente para una lectura justa del libro, aunque admitiendo algunos añadidos posteriores.

En cuanto a su contenido, tenemos:

versículo (v.) 1: el título. 

v.  2-14: exhortación a pelear contra Edom, contra quien se pronuncia una profecía (v.2-9), por haberse regocijado en la destrucción de Jerusalén y haber contribuido a agravar sus sufrimientos (v. 10-14). 

v.15-21: falta el “Día del Señor”, que traerá consigo la guía de todos los tiempos y el comienzo de días mejores para Israel.

Joel

De Joel, hijo de Petuel, nada se sabe por lo que se puede deducir de su obra.  El profeta ejerció su ministerio en Jerusalén y fue un hombre profundamente conocedor del mundo rural, aunque se supone que no era de origen campesino.  De hecho, su calidad poética, su profundo conocimiento de los profetas anteriores y el modo en que trata únicamente la lengua, lo sitúan en un entorno cultural muy elaborado.

Son varios los problemas que plantea este libro, desde la interpretación hasta su unidad, fecha y estructura.  Hoy en día, los especialistas entienden que, a partir de las referencias del libro a la situación interna de Jerusalén y la situación internacional, y teniendo en cuenta el estilo literario del profeta y el propio idioma, es posible establecer una fecha.  Las investigaciones modernas apuntan a una fecha inmediatamente posterior al exilio babilónico (S.V-IV a.C.), cuando no había rey y Judea era una provincia del Imperio Persa.

Coherentemente, en su conjunto, a pesar de algunas pequeñas interpolaciones (como 4.4-8), El libro parece estar dividido en dos grandes partes:

  1. 1,2 – 2,27: un desastre agrícola, consistente en una plaga de langostas (1,2-12) y una gran sequía (1,13-20), hacen pensar al profeta en calamidades mayores.  En 2:1-11, su imaginación transforma las langostas en un ejército que viene a destruir la ciudad.  Esta catástrofe nacional es una invitación a la conversión (2,12-17), que da la respuesta de Dios (2,18-27)
  2. 3.1-4.21: los eventos descritos anteriormente se elevan a la categoría religiosa de «Día del Señor».  Joel, además del derramamiento del espíritu, juega con tres temas: las señales en el cielo y en la tierra (3,3-4; 4,15-16);  la salvación de Judá (3.5; 4.16b) manifestada a nivel político (4.17) y económico (4.18), la condenación de naciones estratégicas (4.1-14).

Jonás

Se sabe, desde 2Re 14,25, de la existencia de un profeta llamado Jonás, hijo de Amitai, que habría llevado a cabo su misión en tiempos de Jeroboam II (siglo VIII a. C.).  El nombre y la filiación coinciden, de hecho, con el protagonista de este libro.  Pero no fue este profeta quien lo escribió, como se ve por la fecha en que debió ser escrito.  Sin embargo, su lectura muestra que el autor, además de ser un hábil artista, tenía un amplio conocimiento bíblico.  En su obra hay claras influencias de algunos Salmos, de Jeremías, Ezequiel, Joel y otros.

Jonás es un caso único en la literatura profética: nunca usa el sustantivo «nabi» (profeta), ni el verbo «profetizar», ni la fórmula del mensajero;  y toda la predicación del profeta se resume en 3,4: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida».

Este libro es parte del género literario llamado Midráshico, que permitió tomar un tema bíblico como base de desarrollo de la redacción con una intención didáctica, sin la intención de narrar eventos históricos. La base histórica es muy pobre: solo el nombre del tiempo del profeta de Jeroboam II, como se dijo, y que, en ese momento no apoyó a las ideas nacionalista del rey, la actitud a la que se opone el libro. El segundo elemento del aspecto histórico es la ciudad de Nínive. Pero no hay testimonio que habla ni supone una misión tan profética y la conversión sensacional correspondiente.

La fecha de composición sólo puede deducirse de sus características Elaboración de su teología.  El estilo, el subacuático y Cerros Aramaísmos (1,5-7; 3,7; 4,11) apuntan a un período posterior al regreso del Exilio (S.V a.C.), como piensa la mayoría de los críticos.  Este libro se divide en dos partes:

  1. Jonás se opone a la voluntad de Dios y huye a Tarsis.  Es tragada por el pez y vomitada sobre el paria (1,1-2,11). 
  2. II.  Jonás predica en Nínive, que se convierte (3,1-4,11).

Religiones afroamericanas

Al hablar sobre las religiones afroamericanas se aprecia que existe un prejuicio nacido en medio de conceptos religiosos, miedos, cierta falta de conocimiento y mucho de mitos, algunos de estos alimentados desde tiempos de la colonia. Por eso, este escrito tiene  la intención de explicar algunos puntos que muestran semejanzas y diferencias entre las distintas religiones afroamericanas.

Para comenzar hay que hacer énfasis en que no son religiones africanas puras, todas parten de un sincretismo propio del lugar donde nacen y se desarrollan, allí un etnia mayoritaria de impone a las demás pero toma algo de la cultura minoritaria, sumado a que también se suman las culturas originarias del continente americano y el cristianismo traído por los europeos e impuesto a todas culturas nativas y aquellas obligadas a venir de África.

Antes de mencionar las etnias que se impusieron al nacer las religiones afroamericanas, echemos un vistazo al por qué fueron trasladados a la fuerza, en condiciones infrahumanas, las personas africanas. La excusa más conocida es la explotación de la tierra en este lado del mundo, donde las ganancias obtenidas iban a los reinos europeos, allí movían el mercado bélico, pagaban las armas y Los barcos con los cuales atrapaban a los africanos que se convertían en mercancía produciendo más riqueza a Europa.

En dicho marco nos encontramos con otra realidad, estás personas esclavizadas sufrían la imposición de una religión que les era completamente extraña, recibiendo grandes castigos si eran capturados celebrando sus religiones ancestrales. Con esa obligación de abrigar otras creencias religiosas y para no soportar los maltratos, comienzan a esconder su fe en la nueva que era obligatoria, desarrollándose así el primer sincretismo, luego la vivencia con otras etnias que era minoritarias pero que por lo parecido le agregaban algo particular a esa fe que se comenzaba a vivir a gran distancia de donde se encontraban sus raíces, también se adiciona el contacto y la vivencia con aquellos que eran originarios de estas tierras. Muchas de esas uniones de fe se empezaron a dar en lo que se llaman quilombos, rochelas, etc. Que eran sitios en las selvas y montañas donde se escondían quienes huían del maltrato y hasta penas de muerte, uniéndose con blancos europeos o descendientes de europeos perseguidos por la justicia.

Dentro de las etnias que se impusieron en la conformación de las distintas religiones afroamericanas se encuentran la Bantú, que ocupaban las costas del Golfo de Guinea, especialmente en lo que hoy son las costas de Nigeria, Camerún y Gabón; esta etnia, que bien podía conformar varios reinos en sus tierras, fue la etnia dominante en las religiones hasta finales del S XVIII y los comienzos del S XIX. De esta supremacía surgen las religiones espiritistas, como el Quimbanda, el Tambor de Mina o la Macumba en Brasil; el Palo Mayombe en Cuba; el Winti en Surinam; el Yuyu o el Lumbalú en Colombia; la 21 divisiones en República Dominicana; el famoso Vudú o Voodoo de Haití y su variación de la desembocadura del Mississippi en Estados Unidos, el Hoodoo digo variación porque Los que comienzan con el Hoodoo eran esclavos que los blancos de origen francés de Haití que huyeron en 1804 al independizarse parte de la isla de La Española o Quisqueya.

Con el comienzo del S. XIX cambia la situación, primero las poblaciones africanas de la costa atlántica habían diezmado por siglos de explotación humana por lo tanto los esclavistas se ven obligados a buscar personas tierra adentro, lo hacen con un pueblo con el que ya había contacto y ya habían llevado algunos de ellos pero por ser más fácil de apresar y embarcar a Los pueblos de las costas en su momento fueron dejados a un lado; de esa manera el pueblo Yoruba, de lo que hoy Nigeria, pasa a ser la etnia dominante en el tráfico de personas. Segundo, con los movimientos emancipadores de América el mercado se reduce a la isla de Cuba y al norte de Brasil, con la consecuencia de que allí nacen el Candomblé, que tiene también un alto porcentaje de influencia  Bantú, y la Umbanda.

La Santería y la Umbanda son entre todas las más parecidas entre sí dado que han mantenido un gran porcentaje de la religión Yoruba pese a ser ambas religiones sincreticas y recuerda que mientras las mesas de los bares, boliches, tascas, plazas, lugares de reunión de amigos existan siempre encontraremos un tema para una teología de boliche, hasta la próxima.

Teología de Boliche – Los Traidores de Jesús

Los traidores de Jesús

Siempre he pensado que quien o quienes escribieron la Biblia lo hicieron con una intención distinta al fin de la escritura, a veces, no muy clara y, casi siempre, aceptada. Ese es el caso de la elección de los doce, no porque pueda ser un número más que simbólico sino por como hacen referencia al último personaje de la lista con los adjetivos de “El que lo entregó “ o aún más fuera en el texto de Lucas “que fue el traidor “.  Ya con esto en el texto se condiciona a la persona lectora en toda el relato que prosigue del texto.

Y si bien, Judas Izcariote, efectivamente entregó en manos de los Sumos Sacerdotes por unas monedas fue el único, que por sufrir una muerte violenta temprana, no pudo dar su versión de los hechos; aunque si se leen los Evangelios Sinópticos con detenimiento y sin dejarse guiar por la última frase de la elección de los doce, vemos que hay más de un traidor.

Hay dos escenas claves para subrayar ésta idea: una es cuando prenden a Jesús, allí el relato termina con la frase “todos los discípulos lo abandonaron y huyeron”. Otra es el momento de la crucifixión, Los sinópticos mencionan por su nombre a las mujeres que observaban los acontecimientos desde lejos, no estaba ningún apóstol cerca de allí. Así se puede resumir que hubo más de un traidor entre los doce, se cuentan doce traidores.

Recuerda que mientras las mesas de los bares, boliches, tascas, plazas, lugares de reunión de amigos existan siempre encontraremos un tema para una teolovía de boliche.

Miércoles Bíblicos – Introducción al Antiguo Testamento

​Miércoles Bíblicos / Antiguo Testamento   A modo de introducción sobre las nuevas temáticas de los Miércoles Bíblicos. Comenzaremos con una visión de la biblioteca que conforma la Sagrada Escritura, para ello dividiremos en bloques organizativos siguiendo a los grandes estudiosos de la Biblia.  Está  división quedará de la siguiente manera para hacer más fácil […]